10 pasos para echar la economía brasileña al atascadero… Y sólo un paso para sacarla de allí

02/2016

Por Ricardo Amorim y EIC

10 pasos para echar..

 

#círculovicioso

 

      1. 1. Para conquistar la reelección, el gobierno se gasta lo que no tiene;

 

      1. 2. La credibilidad de Brasil se la lleva el diablo;

 

      1. 3. Preocupadas, las personas y las empresas compran dólares en un intento de proteger sus ahorros de los problemas del país;

 

      1. 4. Debido a la mayor demanda, el precio del dólar se duplica;

 

      1. 5. El dólar más caro aumenta el precio de los productos importados, alimentando la inflación, que alcanza su mayor nivel desde el 2002;

 

      1. 6. Para evitar que el precio de los productos importados y la inflación se disparen mucho más, el Banco Central interviene en el tipo de cambio, lo que aumenta el gasto público R$ 90 mil millones, corroyendo aún más la credibilidad del país;

 

    1. 7. Además, para luchar contra la inflación, el Banco Central aumenta expresivamente la tasa básica de interés, conocida como tasa Selic, lo que conlleva un aumento de la deuda pública, que ahora ha alcanzado la marca de los cientos de miles de millones de reales;
    2.  

      1. 8. Los aumentos del gasto público hacen que la deuda pública crezca sin parar y que Brasil pierda su grado de inversión;

 

      1. 9. El aumento de las tasas de interés encarece el crédito, lo que a su vez reduce las ventas y provoca la peor contracción del PIB en 3 años al considerar los últimos 115 años;

 

  1. 10. La caída del PIB provoca el desplome de la recaudación de impuestos, lo que empeora aún más las cuentas públicas y perjudica nuevamente la credibilidad del país, iniciando un nuevo círculo vicioso.
  2.  

#círculovirtuoso

 

    1. 1. El gobierno corta los gastos públicos radicalmente y el resultado de las cuentas públicas mejora;
    2.  

    1. 2. La credibilidad del país se recupera, el miedo de los inversionistas y empresarios se disipa, dando lugar a la confianza y la voluntad de aprovechar las oportunidades que surgen debido a los bajos precios de los activos financieros en Brasil;
    2.  

    1. 3. Más inversión genera más empleo, lo que reduce la alta tasa de desempleo y recupera la confianza de los consumidores;
    2.  

    1. 4. Debido a su mayor confianza las personas compran más, las ventas aumentan y el PIB vuelve a crecer;
    2.  

    1. 5. El aumento del PIB eleva la recaudación de impuestos, lo que mejora aún más el estado de las cuentas públicas, aportando al país más credibilidad, inversiones, generación de empleo, consumo y crecimiento;
    2.  

  1. 6. Por causa de la mayor credibilidad y la atracción de nuevas inversiones, la compra desenfrenada de dólares se desacelera, derrumbando el precio del dólar y generando ganancias en las operaciones de intervención cambial del Banco Central, lo que a su vez mejora aún más los resultados de las cuentas públicas;
  2.  

  3. 7. La caída del dólar deja más baratos los productos importados, lo que reduce la inflación;
  4.  

  5. 8. La inflación en niveles menores da margen de maniobra al Banco Central para que baje la tasa de interés, lo que a su vez reduce el servicio de la deuda pública y baratea el crédito, aumentando las ventas e impulsando aún más el crecimiento del PIB;
  6.  

  7. 9. Debido a la mayor recaudación de impuestos, el costo de la deuda cede, las cuentas públicas mejoran mucho y aumenta la confianza en el país, lo que eleva el nivel de inversión;
  8.  

  9. 10. El aumento de la inversión resulta en más empleos y un mayor PIB, generándose así un círculo virtuoso.
  10.  

Si usted se fijó bien, habrá notado que revertir el círculo vicioso y la crisis económica es de lo más sencillo. Si se da el primer paso –cortar radicalmente el gasto público– el gobierno da inicio a todo un círculo virtuoso que hará que Brasil crezca nuevamente con vigor.

 

El único que aún no ha entendido esto y sigue alimentando el círculo vicioso, al hacer exactamente lo contrario de lo que debe, es el propio gobierno. El nuevo Ministro de hacienda, Nelson Barbosa, ni bien ocupó su cargo y el gobierno aumentó el salario mínimo más que la inflación y por encima de lo previsto en el ya desequilibrado Presupuesto objeto de discusión en el Congreso, incrementando el gasto del gobierno federal en R$30 mil millones –sin considerar el impacto en las cuentas de los gobiernos provinciales y municipales.

 

Si el gobierno, tal como lo hace cualquier ama de casa o empresario cuando quiere gastar dinero en algo nuevo, hubiera cortado otro gasto para financiar el aumento del salario mínimo, no habría ningún problema. Pero si el gobierno sigue actuando como si del cielo cayera la plata lo único que va a lograr es agravar la desconfianza y la crisis económica y política.

 

Restan entonces las preguntas que no se callan:

 

  1. 1. ¿En algún momento, dejará de vivir este gobierno en el mundo de la fantasía y, de una buena vez, hará lo que hay que hacer para que Brasil supere la crisis o seguirá cavando la zanja en la que se encuentra el país hasta enterrar la posibilidad de que al menos cumpla su mandato hasta el final?
  2.  

  3. 2. ¿Qué están esperando los empresarios, trabajadores y estudiantes para exigirle a este u otro gobierno que establezca prioridades y reduzca el gasto público para permitir que Brasil crezca de nuevo?

La hashtag ya está lista: #recortedegastosya.
 
Ricardo Amorim es presentador del programa Manhattan Connection del canal Globonews, presidente de Ricam Consultoria, el brasileño más influyente en LinkedIn, único brasileño en la lista de los mejores y más importantes conferenciantes mundiales de Speakers Corner y el economista más influyente de Brasil según la revista Forbes.
Sígalo en Twitter: @ricamconsult.
 
 

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